De 1986 a 2011 parece que han transcurrido 25 horas. “Se rindió Kadhafi, Libia pidió a Estados Unidos el cese de las hostilidades”. Ese es el titular de Últimas Noticias del 16 de abril de 1986. Era el mismo Kadhafi que gobierna en Libia desde 1969. En Venezuela el presidente era Jaime Lusinchi y en Estados Unidos gobernaba Ronald Reagan.
Regan, en forma unilateral, consideró que tenía el deber de bombardear Trípoli por las acciones de Kadhafi contra lugares frecuentados por militares y ciudadanos estadounidenses. El 14 de abril, en un discurso televisado, Reagan justificó su acción: “El 5 de abril, en Berlín Occidental, estalló una bomba terrorista en un club nocturno frecuentado por militares norteamericanos. El sargento Kenneth Ford y una joven turca murieron y otras 230 personas resultaron heridas, entre ellos unos 50 efectivos del ejército norteamericano. Esta monstruosa brutalidad es el más reciente acto del reino del terror del coronel Kadhafi (…) Mucho antes de que yo llegara a este cargo, el coronel Kadhafi ya había cometido actos de terror internacional, actos que lo ponen fuera de la compañía de los hombres civilizados. Durante años, sin embargo, no sufrió sanción económica, ni política, ni militar alguna. Y las atrocidades aumentaron tal como los muertos y heridos inocentes”.
Venezuela rechazaba el terrorismo y las acciones ordenadas por Reagan. Igual posición tenía la mayoría de los partidos políticos. El Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) calificó el ataque estadounidense a Trípoli como un “acto de terrorismo sin precedentes”. Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela manifestaron frente a la embajada de EEUU en Caracas y quemaron una bandera estadounidense. España y Francia no permitieron que los bombarderos sobrevolaran su territorio. Moscú, con Mijail Gorbachov al frente, estaba abiertamente del lado de Kadhafi. Días después Gorbachov tendría una preocupación mayor
Parece que abril no es buen mes para Kadhafi.
De Chernobyl a Fukushima
El 29 de abril de 1986, Últimas Noticias destaca en primera página: “Desastre Nuclear en la Unión Soviética. Nube radioactiva de Rusia podría llegar a Estados Unidos”. Luego, en la parte inferior de la página 107: “Temen que hayan muchas víctimas por el desastre nuclear en Rusia”.
“El accidente” ocurrió el 26 pero la censura de prensa que imperaba en la entonces Unión Soviética, impidió que la información trascendiera. La agencia oficial de noticias, Tass, emitió una declaración que fue calificada de “sin precedentes” por los medios occidentales. En ella admiten el “accidente” después que Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca informaron de elevados niveles de radioactividad.
En su comunicado, Tass fue más escéptica que una sala de cirugía: “Ha ocurrido un accidente en la planta de energía de Chernobyl cuando uno de los reactores atómicos resultó dañado. Se han tomado medidas para eliminar las consecuencias del accidente”.
Afirmó Tass que el “accidente” de Chernobyl “es el primero en la Unión Soviética”. Pero la agencia Upi le salió al paso asegurando que “en 1957 un accidente en una planta de procesamiento de plutonio habría matado o herido a miles de personas contaminando una extensa zona en el oriente de la Unión Soviética”.
En este ping pong informativo, Tass indica que en Estados Unidos, desde 1957, han ocurrido 2.300 accidentes, rupturas y otras fallas debido a la baja calidad de los reactores y otros tipos de deficiencias de control sobre las condiciones técnicas y la ignorancia de las regulaciones de seguridad.
No había cifras oficiales de muertos. Expertos fuera de la Unión Soviética calculaban en 2 mil el número de fallecidos. Las Naciones Unidas pide al gobierno soviético informar sobre el accidente para evitar que parte de su población se transforme en “los primeros refugiados radioactivos”.
Es el 29 de abril, 3 días después del “accidente”, cuando el gobierno soviético pide ayuda a occidente para extinguir un gigantesco incendio. Ese día también fue difundido un comunicado oficial donde informan que hubo “cierta fuga” de sustancias radioactivas y que murieron dos personas durante “el accidente”. Aseguraban las autoridades soviéticas que “la situación de radiación en la estación de energía de Chernobyl y el territorio adyacente se controla continuamente”.
Luego de 25 años, ocurre otro accidente nuclear. Esta vez en Fukushima, Japón. En este caso, la información fue difundida desde el mismo 11 de marzo y para para muchos, la gravedad de Fukushima se acerca a la de Chernobyl.
El escritor mexicano Jorge Volpi, en su libro “No será la tierra” (Alfaguara 2006) se refiere al Chernobyl y plantea como “un error de cálculo de un operador” lo que ocasionó el desastre en la planta nuclear, terminando con la vida de miles de seres humanos. El centro del libro es lo que ocurre con las personas comunes ante una catástrofe de esta magnitud. Aún no hemos visto, en su plenitud, la lección de Fukushima.
Retrotips 16 al 30 de abril 1986
- El dólar paralelo: 19,35 bolívares.
- “Dramática situación viven 57 becarios de la UCV en el exterior por falta de dólares”.
- “Usuarios del comedor de la UCV se alzaron y exigieron a las autoridades un mejor servicio”.
- Universidad de Israel otorgó doctorado Honoris Causa en Ciencia al presidente Lusinchi. Anuncian la creación del Instituto de Investigación en Ciencias Biológicas Jaime Lusinchi.
- “Hay hacinamiento en las cárceles y no tenemos presupuesto para evitarlo, dice director de prisiones”. Las cárceles nacionales tienen capacidad para 12.144 presos y la población carcelaria actual es de 27.847 reclusos.
- Macho y Hembra, de Mauricio Walerstein, con Orlando Urdaneta, Elba Escobar e Irene Arcila estaba en carterlera el 16 de abril.
- Estreno de Manon, de Román Chalbaud, con Mayra Alejandra y Miguel Ángel Landa.
- En Copei 5 aspirantes por la candidatura presidencial: Rafael Caldera, Eduardo Fernández, Pedro Pablo Aguilar, Oswaldo Álvarez Paz y Francisco Urquía Lugo.
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