Choque de Generales. López Contreras - Medina Angarita, escrito por Rafael Simón Jiménez (José Agustín Catalá, editor / El Centauro. Caracas - Venezuela 2010) con prólogo de Diego Bautista Urbaneja.
Es un ameno relato de la historia política de Venezuela desde diciembre de 1935, cuando muere Juan Vicente Gómez hasta octubre de 1945 cuando un golpe de estado depone a Isaías Medina Angarita.
Han pasado más de 70 años y es imposible evitar comparaciones con circunstancia de aquella época y las actuales, comenzando por el bolivarianismo de López Contreras, quien es citado por el autor para explicar el propósito del relanzamiento que hizo del culto a Bolívar: "... mi gobierno creyó necesario levantar el adormecido culto por nuestro héroe máximo, Bolívar, por su obra de liberación continental y por sus principios doctrinarios para oponerlos a las nuevas doctrinas, llámense nazista, fascista o comunista, que han estado tratando de infiltrarse y dominar todas las actividades humanas, espíritu, mentalidad y conciencia. Aún más con una doctrina patriótica y nacionalista se podía contener y eliminar las tendencias a que cada grupo triunfante en nuestras contiendas civiles y políticas, volviera con la funesta tradición de imponer una nueva causa sectaria con su correspondiente caudillo y organizador de otro gobierno arbitrario y despótico". Aclara López Contreras que acusarlo "de Bolivarianismo en beneficio de una política personalista y sectaria, es desconocer mis antecedentes de fervor bolivariano y mi probada actuación pública sin arrestos o pretensiones descabelladas de creerme caudillo militar o político".
Jiménez cita a numerosos autores y reseñas periodísticas para ambientar a la Venezuela de aquella época, luego de la muerte de quien había gobernado durante casi 30 años. En una intervención frente a aspirantes a oficiales en la Escuela Militar, el entonces Ministro de Guerra, Isaías Medina Angarita, afirma algo que es bueno recordar y tenerlo muy presente hoy: "... los hombres son detalles que pasan y Venezuela no debe estar nunca más pendiente de que se le acelere o tranquilice el pulso a un hombre". (Y hoy -75 años después- estamos pendientes del pulso de quien nos gobierna).
López Contreras, por su parte, podía valerse de argumentos jurídicos para continuar en el poder y no lo hizo. Jiménez cita a Tulio Chiossone, "testigo de excepción de los acontecimientos". Asegura Chiossone que "con la mayor honradez" López Contreras "temía que se le pudiera atribuir aspiraciones al continuismo y mucho menos ideas cesaristas que siempre rechazó por temperamento, por formación espiritual y por sus arraigados principios bolivarianos".
Así se va desarrollando esta historia que es la historia de dos hombres que se va cruzando hasta el final, cuando ambos son expulsados del país, sin bienes porque fueron confiscados. López Contreras, por su longividad, (5-5-1883 / 2-1-1973) tuvo la dicha de "verse reivindicado por sus otroras enconados adversarios, que lo colman de halagos y distinciones" y ser elevado a senador vitalicio. "Betancourt y López Contreras se reconciliarán forzados por la necesidad de hacer frente común contra Pérez Jiménez y su tiranía". (¿una lección?).
Medina Angarita tuvo destino diferente: "...casi moribundo, la dictadura militar (...) le permitirá venir a pasar sus últimos días en Venezuela. Muere en Caracas el 15 de septiembre de 1953, meses antes se le habían restituidos sus bienes confiscados durante los juicios expeditivos de responsabilidad administrativa".
Su esposa, Irma Felizzola no acepta los honores fúnebres decretados por el gobierno y "una multitud impresionante colma las calles por donde pasa en hombros de la gente humilde el féretro del recordado hombre público (...) Nadie organiza aquella demostración de fervor doliente. Pero todos comprenden el profundo significado del dolor del pueblo. No era otra cosa, que la prueba una vez más de la identidad con la libertad y el rechazo al despotismo". Al leer la última línea recordé el sepelio de Carlos Andrés Pérez el 6 de octubre del año pasado. El libro de Rafael Simón Jiménez es más que la historia de una década y de dos protagonistas de la misma. Es una lección de lo que debemos cuidar como sociedad amantes de la libertad.
Reseñas de hechos nacionales o internacionales, ocurridos en el siglo XX, que han influido en la vida política, social y económica de Venezuela.
martes, 17 de enero de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
El Rey José Alfredo Jiménez
Este 19 de enero se cumplen 86 años del nacimiento de Joseé Alfredo Jiménez, quien se autodefinió como "borracho y trovador", lo más cercano a la realidad de lo que fue este mexicano universal, nacido en Dolores de Hidalgo, estado de Guanajuato, el 19 de enero de 1926.
José Alfredo Jiménez es el Rey de la música popular mexicana, "poeta de la desolación marginal, vocero de la lírica cantinera" según Carlos Monsíváis. En 47 años edificó su reinado en una cantidad de canciones que unos estiman en 300, otros en 500 y muchos afirman que llegaron a mil.
Era un músico intuitivo. Nada sabía de composición pero la poesía, las letras le llegaban con facilidad. La música se la silvaba a un arreglista y ya. Rubén Fuentes llevó a la partitura muchas de sus canciones, algunas de ellas cantadas hasta en árabe y por voces tan variadas como la de Jorge Negrete, Javier Solis, Vicente Fernández, Plácido Domingo y Luis Miguel.
Estar en Guanajuato es compartir la música de José Alfredo jiménez a pesar de su desaparición física hace 38 años. El tour por Dolores Hidlago y San Miguel de Allende comprende una parada en el humilde Cementerio (Panteón) Municipal de Nuestra Señora de los Dolores, construído en 1947. La tumba de José Alfredo era tan sencilla como el resto hasta el 23 de noviembre de 1998. Ese día, con la conmemoración de los 25 años de su muerte, fue inaugurado un majestuoso mausoleo, diseñado por el arquitecto mexicano Javier Senosian, esposo de Paloma Jiménez Galviz, hija del cantautor. (http://www.arquitecturaorganica.com/)
Es un gran sombrero de charro con un sarape multicolor, donde se leen los títulos de varias de sus composiciones y el epitafio: La vida no vale nada. (www.youtube.com/watch?=zCmFMYhLKpu)
Para los venezolanos, El Rey es la canción más conocida y cantada de José Alfredo Jiménez. Para sus coterráneos, Camino de Guanajuato es como un himno regional. Este 19 de enero, una vez más, José Alfredo Jiménez, "...nacido en el barrio más humilde/ alejado del bullicio/ de la falsa sociedad". será recordado y festejado como el rey de la música popular mexicana ".
José Alfredo Jiménez es el Rey de la música popular mexicana, "poeta de la desolación marginal, vocero de la lírica cantinera" según Carlos Monsíváis. En 47 años edificó su reinado en una cantidad de canciones que unos estiman en 300, otros en 500 y muchos afirman que llegaron a mil.
Era un músico intuitivo. Nada sabía de composición pero la poesía, las letras le llegaban con facilidad. La música se la silvaba a un arreglista y ya. Rubén Fuentes llevó a la partitura muchas de sus canciones, algunas de ellas cantadas hasta en árabe y por voces tan variadas como la de Jorge Negrete, Javier Solis, Vicente Fernández, Plácido Domingo y Luis Miguel.
Estar en Guanajuato es compartir la música de José Alfredo jiménez a pesar de su desaparición física hace 38 años. El tour por Dolores Hidlago y San Miguel de Allende comprende una parada en el humilde Cementerio (Panteón) Municipal de Nuestra Señora de los Dolores, construído en 1947. La tumba de José Alfredo era tan sencilla como el resto hasta el 23 de noviembre de 1998. Ese día, con la conmemoración de los 25 años de su muerte, fue inaugurado un majestuoso mausoleo, diseñado por el arquitecto mexicano Javier Senosian, esposo de Paloma Jiménez Galviz, hija del cantautor. (http://www.arquitecturaorganica.com/)
Es un gran sombrero de charro con un sarape multicolor, donde se leen los títulos de varias de sus composiciones y el epitafio: La vida no vale nada. (www.youtube.com/watch?=zCmFMYhLKpu)
Para los venezolanos, El Rey es la canción más conocida y cantada de José Alfredo Jiménez. Para sus coterráneos, Camino de Guanajuato es como un himno regional. Este 19 de enero, una vez más, José Alfredo Jiménez, "...nacido en el barrio más humilde/ alejado del bullicio/ de la falsa sociedad". será recordado y festejado como el rey de la música popular mexicana ".
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