En los primeros años de gobierno, el presidente Chávez hizo numerosos cambios en el ministerio de Interior y Justicia. Igual en la Dirección de Prisiones. Varios voceros oficiales anunciaron presupuestos millonarios para mejorar las cárceles. Hoy cabe opreguntar, ¿qué paso con ese dinero?
El 23 de noviembre 2004 el presidente Chávez, mediante
decreto 3.265, declara emergencia penitenciaria y nombra una “comisión de alto
nivel” para atender la misma. La comisión sería temporal y un representante del
ministerio de Interior y Justicia la presidiría.
Desde que se decretó la emergencia hasta mayo de 2005
se realizaron 2.721 evaluaciones técnicas para el otorgamiento de medidas
alternativas a la
reclusión. Identificaron como principales problemas
hacinamiento carcelario, resultado del retraso procesal y de la insuficiencia
de la infraestructura existente; ‘la fragilidad del régimen carcelario,
consecuencia de la inadecuada infraestructura, reglas y políticas obsoletas,
servicios penitenciarios inapropiados y del retardo procesal.
La administración Chávez parecía que continuaría los pasos del gobierno social cristiano.
Previo al decreto de emergencia carcelaria, el 26-09-00, ministro de Relaciones Interiores y justicia, Luis Alfonso Dávila, anunció que su despacho contaba “con más de 60 millardos de bolívares para mejorar la infraestructura carcelaria y construir nuevos centros de reclusión".
Se fue corriendo la arruga y el problema reventó en todas sus dimensiones el 12 de junio 2011 en el Rodeo I, donde pierden la vida 21 reclusos y un visitante. Durante 5 días la cárcel estuvo controlada por un grupo de presos. Se popularizó la palabra “pran” para designar a los reos que tenía el control de la penitenciaría. El conflicto finalizó con un número indeterminado de muertos y unos fugados en circunstancias extrañas.
Como solución, el presidente Chávez decide aumentar la burocracia. Elimina lo que era la Dirección de Prisiones y crea el Ministerio para Asuntos Penitenciarios. Mete a “la fosforito” Iris Varela como apaga fuego en ese candelero, olvidando que él había prometido en el 99 que el problema carcelario lo tomaría como “algo personal”.
Abogados penalistas consideran que la ministra está llena de buenas intenciones, pero las cárceles no es cuestión de buenos deseos.
Ahora se habla de eliminar La Planta, donde el viernes 20 de abril a las 11 de la noche María Teresa Marrero, de 21 años, fue asesinada de un balazo en la cabeza por un recluso llamado Ender, quien luego recibió, de parte de otros presos, 50 disparos como castigo por su osadía.
Esa escueta nota, publicada en las páginas de sucesos, reveló que nada ha cambiado en las cárceles: ¡50 disparos! Continúa el tráfico de armas, de municiones, de muchachas!!! Eso no se elimina tumbando unas paredes.
Pedro Carreño Escobar, Ministro de Interior y
Justicia, 8-01-07
“…los 25 penales deben someterse a remodelación y un
acuerdo existente con España permitirá diferenciar a los presos, de los penados
con los procesados. Son proyectos que serán evaluados para aplicarlos a lo
largo de cinco años”.
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