lunes, 18 de mayo de 2015

El tráfico de mujeres no es cuento de camino



A novela ganadora del Premio Planeta 2014 se refiere al poder que ha alcanzado el comercio internacional de jóvenes. Son 473 páginas que atrapan por su narración cinematográfica.



Milena o el fémur más bello del mundo, (Jorge Zepeda Patterson, Premio Planeta 2014, 473 páginas) es una novela de suspenso que tiene algo de la trilogía Millenium de Stieg Larsson (15-08-54 / 09-11-2004) y de La marca del meridiano  de Lorenzo Silva, Premio Planeta 2012. El reconocimiento, que en metálico representa casi 770 mil dólares, fue entregado el 15 de octubre de 2014.



Sobre la relación Milena – Millenium, el propio Zepeda Patterson ha dicho que el estilo de Larsson fue su inspiración y le agregó “sensualidad, humor, calor latino”.
En ambas novelas fascina la presencia del hacker para combatir el delito globalizado. En la trilogía es la estafa; propio de un escandinavo. En La marca del meridiano, el tema es la trata de personas y la corrupción policial con  Cataluña como escenario.
Zepeda Patterson le da al tráfico de personas un ámbito más internacional: Croacia, Ucrania, España y México, donde los malvados no son los hombres que se esconden de la policía: “Los verdaderos amos del universo no son los jefes de Estado y ni siquiera los empresarios de la lista de Forbes: son los operadores de los grandes fondos de inversión y los brokers  que se mueven en la frontera elástica de la legalidad”. (Pág. 253).


La lectura atrapa porque está escrita en capítulos cortos, donde los protagonistas van contando sus historias, incluyendo a Milena y al proxeneta, quien con cinismo se refiere a su oficio: “...matar toda esperanza en el alma sin destruir el cuerpo es un proceso que exige disciplina y talento singulares”. (Pág. 448).
Zepeda Patterrson tiene 20 años en el periodismo y Milena es su segunda novela. Como periodista ha ejercido diferentes roles, incluyendo director de medios. Aunque afirma que Milena “es una novela de la condición humana”, no deja de ser la denuncia de un delito que afecta a miles de jóvenes, especialmente de países pobres o en conflictos bélicos, que son prostituidas.


domingo, 10 de mayo de 2015

Reverón invitado al Panteón a los 126 años




Nació un 10 de mayo y por eso fue escogido ese día para homenajear a los artistas plásticos. Su obra será declarada Patrimonio Nacional


“El Loco de Macuto” compartirá espacio con Carmelo Fernández, Martín Tovar y Tovar, Cristóbal Rojas, y Arturo Michelena. Celebrarán su cumpleaños y hablarán de pintura.
¿Quién diría que aquel hombre que pintaba con el torso desnudo y lanzando pinceladas con la mano izquierda estaría algún día tan cerca de los restos de Simón Bolívar?
Y menos se podía pensar que la fecha de nacimiento de ese “loco” sería recordada como el Día del Artista Plástico.
A ese que llamaban “El Loco de Macuto” es Armando Reverón; nació en Caracas el l 0 de mayo de 1889, hace 126 años. Estudió en la Academia de Bellas Artes y gracias a una beca viajó a España donde se familiarizó con el trabajo de Francisco Goya y Moreno Carbonero.
De regreso a Venezuela se va a vivir a La Guaira, cautivado por la luz del Litoral. En 1918 conoce a Juanita Ríos, quien se convierte en su compañera, modelo y gran apoyo emocional.
En el sector Las Quince Letras construye una vivienda - taller con paredes de piedras. Era el llamado castillete, muy visitado por quienes admiraban su pintura y por los curiosos – especialmente niños- que se divertían con aquel hombre que pintaba acompañado de un pequeño mono llamado Pancho y que a veces estaba vestido de torero, botones o presentador de circo.
Reverón tenía sentido del espectáculo y si estaba de buen humor conversaba con los visitantes e invitaba a compartir con Marina y Luzmar, dos muñecas de trapo que, como Juanita, también servían de modelo.
Alfredo Boulton, fotógrafo y coleccionista de arte, era uno de los asiduos visitantes. Estudió su obra, que no podía estar separada de la personalidad del artista: “…Reverón tuvo la suerte, acaso, de haber sido un enfermo; nadie cuerdo ni sensato hubiera podido alcanzar esa desbordante emoción, ni tanta exuberancia desenfrenada, como se nota en su pintura”. La cita se encuentra en el libro “Los Incurables” de Federico Vegas (Editorial Alfa, 2012, 423 páginas). Es un estudio apasionante con entrevistas a muchos de los que formaron el círculo de Reverón, incluyendo a Héctor Artiles, quien fue médico residente de la Clínica San Jorge, donde estuvo recluido  Reverón durante el último año de su vida.
Para Artiles, “Armando Reverón no era ningún loquito de Macuto (…) El maestro sufría una esquizofrenia de aparición tardía”.
 
Son muchas las miradas sobre la obra y personalidad de Reverón.
Alí Primera le dedicó una canción.


Diego Risquez una bella película (2011) con las actuaciones de Luigi Sciamanna y Sheila Monterola, fotografía César Jaworsky.




Al salón de los inmortales
La iniciativa fue del presidente Nicolás Maduro con motivo de los 125 años del nacimiento del artista. Se concretó con un acuerdo en la Asamblea Nacional el pasado 7 de abril. El proyecto fue presentado por el diputado Oswaldo Vera, quien precisó que toda la obra de Reverón será declarada Patrimonio Cultural de la Nación para llevarla a su máxima expresión de difusión en el país y más allá de las fronteras.
Había una vez, un hombre maravilloso que vivía a la orilla del mar, que vivía entre las olas y la luz”. (El Pumpá volador de Armando, Caupolicán Ovalles, Rayuela. Taller de Ediciones. 1998)