Hasta el domingo 27 de este mes estará en cartelera "Un informe sobre la banalidad del amor" del periodista y dramaturgo argentino Mario Diament, basada en "la turbulenta historia de amor entre el filósofo alemán Martín Heidegger y su alumna Hannah Arendt". Está montada en el teatro de la Asociación Cultural Humboldt, en San Bernardino, los sábados y domingos.
Los actores son Luigi Scianna y Mariaca Semprún. Scianna también es responsable de la producción, dirección y puesta en escena.
La obra fue presentada por primera vez en Argentina en marzo del año pasado. Pareciera casual que en Venezuela también la estamos viendo en marzo. Pero la causalidad deja de ser tal, cuando encontramos que el 17 de marzo de 1992 una poderosa explosión convirtió en polvo la embajada de Israel en Buenos Aires. Para ese momento, Diament era director de El cronista comercial y escribió una crónica de lo ocurrido y la tituló "Todos somos judios".
En el programa de mano, Diament advierte que "Un informe..." es "una obra de ficción y así deber ser interpretada". Es una advertencia tan inútil como la que lleva las cajetillas de cigarrillos porque los espectadores la olvidan y se oyen comentarios como "es un cínico", "qué rata" o risas apagadas cuando Sciamanna-Heidegger se excusa de su colaboración con el nazismo afirmando que fue obligado, que no le quedó otra alternativa...
Y es que la interpretación de Sciamanna es de primera: en menos de dos horas pasa del hombre soberbio al introvertido que permanece con los brazos cruzados sobre el pecho y tratando en tercera apersona a quien fue su alumna y con quien se acostó las veces que le dio la gana y el convencionalismo se lo permitía.
Los actores son Luigi Scianna y Mariaca Semprún. Scianna también es responsable de la producción, dirección y puesta en escena.
La obra fue presentada por primera vez en Argentina en marzo del año pasado. Pareciera casual que en Venezuela también la estamos viendo en marzo. Pero la causalidad deja de ser tal, cuando encontramos que el 17 de marzo de 1992 una poderosa explosión convirtió en polvo la embajada de Israel en Buenos Aires. Para ese momento, Diament era director de El cronista comercial y escribió una crónica de lo ocurrido y la tituló "Todos somos judios".
En el programa de mano, Diament advierte que "Un informe..." es "una obra de ficción y así deber ser interpretada". Es una advertencia tan inútil como la que lleva las cajetillas de cigarrillos porque los espectadores la olvidan y se oyen comentarios como "es un cínico", "qué rata" o risas apagadas cuando Sciamanna-Heidegger se excusa de su colaboración con el nazismo afirmando que fue obligado, que no le quedó otra alternativa...
Y es que la interpretación de Sciamanna es de primera: en menos de dos horas pasa del hombre soberbio al introvertido que permanece con los brazos cruzados sobre el pecho y tratando en tercera apersona a quien fue su alumna y con quien se acostó las veces que le dio la gana y el convencionalismo se lo permitía.
Mariaca Semprún no se queda atrás con su Hannah Arendt, que pasa de la muchacha algo cohibida con un abrigo grande "y un ridículo sombrero" a la profesora de filosofía muy segura, con dos matrimonios pero que sigue amando a Heidegger.
Aunque el programa advierte que la obra es "ficción y así debe ser interpretada", eso se olvida hasta que el acceso de tos nos hace recordar que cualquier parecido con la vida real en Venezuela no es pura casualidad. Merece ser vista.
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