Lo extraordinario de este caso es que Edmundo Chrinos haya cometido tantos abusos de poder en medio del silencio de pacientes, profesores universitarios y médicos siquiatras. Silencio que finalizó con el asesinato de Roxana Vargas (12-07-08).
También es una advertencia a periodistas y medios de comunicación porque, de alguna forma, fuimos cómplices en el endiosamiento a Chirinos, especialmente cuando se enfrentó a Marcel Granier en un programa en vivo y lo retó a que diera igual oportunidad a los periodistas de El Diario de Caracas que en ese momento enfrentábamos un conflicto con Granier como editor.
Chirinos fue rector de la Universidad Central de Venezuela y candidato presidencial. Eso lo colocaba en un státus que infundía temor. Aparte de que (¿era?) un gran manipulador.
El libro de Ibéyise reivindica al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y a la Fiscalía General de la República, que por el prestigio del personaje debía blindar todas y cada una de las pruebas.
El libro lo puede leer un lego y un experto en criminalística. Finaliza con una frase que dijo Chirinos a Miyó Vestrini en una entrevista: "Soy un hombre de mucha fe, sin esperanzas". Ese hombre, de un insoportable egocentrismo, está pasando sus últimos días en Yare III como un preso más, sin esperanzas
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