miércoles, 9 de marzo de 2011

El diván de Chirinos

Ibéyise Pacheco desnudó a una sociedad de cómplices con su libro "Sangre en el divan, el extraordinario caso del Dr. Chirinos" (Edit. Grijalbo, diciembre 2010, 251 págs.).

Lo extraordinario de este caso es que Edmundo Chrinos haya cometido tantos abusos de poder en medio del silencio de pacientes, profesores universitarios y médicos siquiatras. Silencio que finalizó con el asesinato de Roxana Vargas (12-07-08).

También es una advertencia a periodistas y medios de comunicación porque, de alguna forma, fuimos cómplices en el endiosamiento a Chirinos, especialmente cuando se enfrentó a Marcel Granier en un programa en vivo y lo retó a que diera igual oportunidad a los periodistas de El Diario de Caracas que en ese momento enfrentábamos un conflicto con Granier como editor.

Chirinos fue rector de la Universidad Central de Venezuela y candidato presidencial. Eso lo colocaba en un státus que infundía temor. Aparte de que (¿era?) un gran manipulador.

El libro de Ibéyise reivindica al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y a la Fiscalía General de la República, que por el prestigio del personaje debía blindar todas y cada una de las pruebas.

El libro lo puede leer un lego y un experto en criminalística. Finaliza con una frase que dijo Chirinos a Miyó Vestrini en una entrevista: "Soy un hombre de mucha fe, sin esperanzas". Ese hombre, de un insoportable egocentrismo, está pasando sus últimos días en Yare III como un preso más, sin esperanzas



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